MOSCAVERSO

La Mosca Esparrou es miembro distinguido de la logia de “Los Masonrics”, grupo selecto de alimañas conspiranoicas que sesionan en un depósito de cerveza de baja ralea desde donde intentan arreglar el mundo.  “El Depo” como él lo llama, se encuentra junto a La Casona de la Gata Chona, lugar non-santo que frecuenta junto con otras sabandijas generalmente sólo para ver películas y series, debido a que quienes ahí laboran sí pagan las suscripciones a las plataformas de entretenimiento. 

La Mosca Esparrou tiene un altísimo concepto de sí mismo, es megalómano y grandilocuente pero algo ingenuo y crédulo. Cualquier cadena o mensaje por redes o mensajería instantánea que tenga una coherencia mínima es creído y apoyado por él.  No entiende indirectas ni dobles sentidos. Ama el Aguacillo su bebida espirituosa predilecta (aguarrás con piloncillo) y jura que en el Tíbet le da clases de todo a los lamas en varios monasterios los sábados de 8 de la mañana a 3 de la tarde.   

Cuando entrevista alguna personalidad relevante, aduce que él fue el que le enseñó todo lo que sabe. De esta manera convive alegremente con todos, y cualquier exponente importante de un arte u oficio le da la razón sólo para no entrar con él en discusiones escandalosas.  

Es conquistador por naturaleza y las mujeres suelen responderle positivamente en sus redes sociales o entrevistas en vivo. Ellas lo quieren besar y abrazar por su apariencia malosa-tierna, pero él las invita a ver Netflix con otras intenciones que nunca se concretan. La Mosca se cansa de querer certificar sus logros amorosos, hazañas de los que todos dudan. Así, interactúa mucho con mujeres, entre ellas artistas, entrenadoras deportivas, conductoras de TV, reinas de belleza o chicas guapas que circulan en antros o eventos y que generalmente ya tienen pareja. Ellas le dan por su lado por considerarlo inofensivo. Sus novios, por su parte, se declaran fuera de la competencia ante el donjuanismo ridículo de Esparrou.